Protestas, desalojos y abuso de poder en Guanabo
Por William Cácer Díaz/ Hablemos Press.
Más de 80 personas, incluyendo niños vestidos de uniforme escolar, fueron
interceptados por la Policía Nacional Revolucionaria (PNR), en
la mañana del pasado día 6 de mayo, para impedir que realizaran una protesta
frente a la Plaza de la Revolución, donde radica el Consejo de Estado.
La intercepción ocurrió en el Punto de Control de la PNR de Bacuranao
cuando las personas se dirigían, en un ómnibus de la ruta 400 que cubre el
tramo Guanabo-La Habana, al Consejo de Estado para protestar por un desalojo
masivo del que fueron víctimas.
"La policía desvió la guagua hacia la sede del Poder Popular de
Guanabo donde nos dieron una charla que no nos convenció, pero nos prometieron
que se iba a analizar el caso del desalojo, y que en los próximos días nos
legalizarían las viviendas", dijo Rosa Ortega.
Dos días antes, estas personas, que residían en el caserío Los Tanques,
ubicado en calle 17, entre 412 y final del reparto Peñas Altas, en Guanabo,
habían sido desalojadas por la PNR, que obró bajo las órdenes del Gobierno y la
Dirección Municipal de la Vivienda de Habana del Este, y sus viviendas fueron
demolidas con buldócer.
Los desalojados, que forman 27 familias, despertaron en la mañana del día 4
de mayo sorprendidos por un gran despliegue policial.
Según vecinos del lugar, el caserío amaneció cercado por más de 120
policías y militares de las tropas élites del ejército, llamados Avispas
Negras, en camiones y carros patrulleros; una brigada de demoliciones con tres
buldócer y carros grúas; médicos y enfermeras en ambulancias, el personal de la
Vivienda y dirigentes del Gobierno, entre otros.
"Cuando amaneció, comenzó ante la vista de los indefensos pobladores
uno de los más crueles y despiadados desalojos que yo haya visto", destacó
Rigoberto Cutiño, vecino del lugar.
Al delegado: '¡Vayáse de aquí, usted no es
nadie!'
La demolición comenzó por las casas de madera de las familias más pobres.
Luego las buldócer pasaron a arrasar los cimientos de las que aún estaban en
construcción y, por último, derribaron aquellas que ya estaban a la altura de
arquitrabe o terminadas.
Todas estas viviendas fueron construidas con esfuerzo propio, según
testimonios de los vecinos.
Las líneas telefónicas fueron interrumpidas y se les prohibió a los
presentes tomar imágenes.
"Cuando saqué mi teléfono celular para llamar a un vecino que estaba
para La Habana y le estaban demoliendo su casa, me percaté de que mi teléfono
estaba sin servicio. Las demás personas también estaban sin comunicación. No
pudimos llamar a nadie, y al que sacara una cámara fotográfica se lo llevaban
preso", dijo entre lágrimas una de las afectadas.
Aunque muchos de los desalojados llevaban más de 10 años viviendo en esos
hogares, una de las trabajadoras de Vivienda, que participó en el desalojo,
dijo que "hacia más de 15 días que estas personas habían sido alertadas
para que retornaran a su lugar de origen, porque esas construcciones eran
ilegales y serían demolidas".
Mientras se desarrollaba el desalojo, el delegado del Poder Popular de la
localidad, llamado Abraham, trató de llegar al lugar para impedir lo que estaba
sucediendo, pero fue interceptado por oficiales del ejército que le gritaron:
"¡Vayáse de aquí, que usted no es nadie!".
'¿Por qué nos sacan de aquí?'
Varios vecinos y curiosos que llegaron para presenciar lo que ocurría
criticaron la actitud de la primera secretaria del Partido Comunista de Cuba
(PCC) del municipio que, de manera muy grotesca, les gritaba a los vecinos que
se fueran del lugar.
"Este poblado está rodeado de marabú y sobre el diente de perro, a más
de 30 kilómetros de la ciudad más cercana y de cualquier hospital. ¿Por
qué nos sacan de aquí? ¿Adónde vamos a ir con nuestros niños pequeños? ¿Por qué
nos hacen esto?", se preguntaba una joven.
Aunque el Gobierno alega que en Cuba no hay desalojo, y a estas acciones
les llaman "extracciones" y forman parte de las nuevas reformas del
general Raúl Castro, la agencia independiente Hablemos Press ha reportado en lo
que va de año, más de 700 desalojos.
En vallas colocadas a orillas de las carreteras pueden leerse letreros que
dicen: "Nuestros cambios son para más socialismo", por lo que no
pocos cubanos piensan que no hay esperanza de prosperidad en la Cuba de los
hermanos Castro.